Y El Carmen abrió de
nuevo sus puertas.
Tres meses de obras. Tres meses de puesta a punto. Tres meses
para que la Iglesia del Carmen, Casa de Dios, luciese en toda su dignidad. Tres
meses para que la renovación mueva nuestros corazones y haga posible que la Vida
llegue hasta todos nosotros.
La Iglesia del Carmen ha vibrado de nuevo con la presencia de
Cristo Eucaristía entre sus muros. La celebración eucarística de esta tarde,
Solemnidad de Todos los Santos, ha sido la puerta para la vivencia de la fe en
un Templo que ha visto crecer, durante años, a miles de creyentes.
Hoy el Templo del Carmen brillaba de luz y de esperanza. Una
multitud de personas, como en el Apocalipsis, se postraban ante el Cordero y lo
alababan. Eran muchos los que, desde María, Virgen del Carmen, se acercaban
hasta Cristo. Fueron también muchos los que, movidos por la fe que mueve
montañas desde la religiosidad popular, aclamaban con entusiasmo al Dios tres
veces Santo: ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar! ¡Alabado sea el Dios
que nos convoca y nos reúne en asamblea fraterna!
Han sido muchos los que se han acercado hasta el Carmen para
celebrar unidos, como comunidad fraterna, la presencia de Dios en nuestras
vidas.
Y El Carmen abrió de
nuevo sus puertas.
Previamente, durante estos meses hemos sanado humedades,
hemos restaurado todos los retablos, hemos estrenado una nueva instalación
eléctrica, hemos inaugurado una Capilla dedicada a Ntro. Padre Jesús Nazareno
del Silencio… hemos iniciado un camino de renovación personal y comunitaria,
que deseamos sea el preludio de tiempos mejores, de tiempos en los que Dios sea
todo en todos.
Una vez más, la Parroquia y la Hermandad del Calvario han ido
de la mano en esta tarea. El Templo Cofrade del Carmen ha abierto sus puertas
de nuevo a la comunidad cristiana con el deseo de que, con la Hermandad del
Calvario a la cabeza, todas las Cofradías de Mérida –muy dignamente
representadas en la celebración de hoy por miembros de la Junta de Cofradías y
por cofrades de cada una de la Hermandades de nuestra ciudad- puedan disfrutar
de un templo donde celebrar en común la fe en Jesucristo Nuestro Señor y en
María Santísima, Nuestra Madre, Madre de todos.
En esta Solemnidad, invocamos la intercesión de Todos los
Santos, esa multitud innumerable de hombres y mujeres de toda raza y condición
que han hecho de su vida una puerta abierta al servicio, a la generosidad y la
santidad, a fin de que guíen nuestros pasos para que nuestras vidas se abran a
la Vida de Dios.
Que el Santísimo Cristo del Calvario y su Santísima Madre, la
Virgen, en sus advocaciones del Carmen, de los Dolores y de la Amargura, nos iluminen
para caminar con ellos hacia la casa del Padre, anunciando con gozo el
evangelio, celebrando unidos la fe, viviendo la fraternidad y la comunión desde
el servicio a los más necesitados.
¡Comunidad Parroquial del Calvario, Hermandad y Cofradía del
Calvario!: ¡FELICIDADES! ¡A seguir construyendo unidos el Reino de Dios!