HOY SE CUMPLEN 89 AÑOS DESDE QUE FUE ERIGIDA CANÓNICAMENTE LA "COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL CALVARIO Y DE MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES"


Cuentan las crónicas que fue el día 18 de septiembre de 1924 cuando Don Ramón Pérez, Obispo de Badajoz, firma el Decreto que erige canónicamente la "Cofradía del Santísimo Cristo del Calvario y de María Santísima de los Dolores". Años antes -22 de abril de 1900- se había llevado a cabo la unión de la Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario con la Cofradía de la Virgen de los Dolores.
Ochenta y nueve años después damos gracias a Dios por el don que esta Hermandad ha supuesto para la Iglesia. Durante todos esos años, con luces y sombras, la Cofradía del Calvario ha intentado hacer presente a Dios y a la Iglesia en medio de nuestro mundo. Confesamos hoy con alegría que la santidad de Dios ha prevalecido sobre nuestra debilidad. Gracias sean dadas al Crucificado y a su Madre Santísima, porque, a lo largo de esta dilatada historia, muchos hombres y mujeres han hecho presente el amor y la misericordia de Dios a través de nuestra Cofradía.
En este Año de la Fe, rogamos, una vez más, al Santísimo Cristo del Calvario y a la Santísima Virgen de los Dolores, que la celebración de este aniversario nos ayude a vivir y a sentir con la Iglesia desde la fe que profesamos, tal como nos indica el Papa Francisco: “la piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con sus pastores” (Papa Francisco, a las Hermandades; Roma, 5 de mayo de 2013).
A Cristo y a su Madre pedimos hoy fuerza y coraje para no desistir nunca en la tarea de hacer que nuestra existencia sea una pública manifestación de la fe que confesamos en el Credo: Jesucristo es el único Señor de nuestra historia; y nosotros queremos ser sus testigos con nuestras vidas; porque sabemos, como dirá el Apóstol Santiago, que “la fe sin obras es fe muerta”.
Lo hacemos siguiendo la voz del Papa Francisco, que nos exhorta a los cofrades con estas palabras: “En el camino del Año de la Fe… acudid siempre a Cristo, fuente inagotable, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia… Caminad con decisión hacia la santidad; no os conforméis con una vida cristiana mediocre, sino que vuestra pertenencia sea un estímulo, ante todo para vosotros, para amar más a Jesucristo” (5 de mayo de 2013).
Unidos, con la mirada puesta en Dios, sin otro afán que vivir en fraternidad; sin otro deseo que servir al Reino de Dios en la Iglesia; sin otra preocupación que hacer de la sencillez nuestro estilo de vida; sin otras aspiraciones que el servicio humilde a Dios, buscaremos los caminos que lo hagan presente en medio de nuestro mundo.
Para eso fuimos fundados; para eso fuimos “refundados”; para eso, y sólo para eso seguimos existiendo: para buscar el Reino de Dios y su justicia; para hacer presente al Dios de la Vida, al Dios de los sencillos, al Dios que se presenta como Rey humillándose hasta lavar los pies a sus discípulos; al Dios que, en el Cristo del Calvario y en su Madre Santísima de los Dolores, no busca otro poder que aquél que nos invita a todos a hacer posible, desde la humildad, el servicio a los más pobres y necesitados.
Es la hora de la sencillez, la hora de la humildad, la hora del servicio, la hora de Dios. Y la hora de los que miran sólo a Dios y desde Él quieren vivir en esta Cofradía, que desea caminar con Cristo, desde el convencimiento de que Él es nuestro origen, nuestro camino y nuestra meta.
Con un estilo concreto, el que nos pide el Papa Francisco: Autenticidad evangélica, eclesialidad, ardor misionero”: “Sed también vosotros auténticos evangelizadores. Que vuestras iniciativas sean «puentes», senderos para llevar a Cristo, para caminar con Él. Y, con este espíritu, estad siempre atentos a la caridad… Sed misioneros del amor y de la ternura de Dios. Sed misioneros de la misericordia de Dios” (Roma, 5 de mayo de 2013).
Hermanos y hermanas cofrades, devotos todos del Santísimo Cristo del Calvario y de la Santísima Virgen de los Dolores, amigos todos: Feliz Aniversario.
Que el Santísimo Cristo del Calvario nos bendiga y que su Madre Santísima de los Dolores nos enseñe los caminos de la humildad, de la sencillez y del servicio; el único camino para hacer presente a Dios en medio de nuestro mundo.